Desmontando mitos: la brecha productividad-salario (2021)

¿Sabías que las tasas de productividad aumentaron un 56,9% entre 1979 y 2019? Sin embargo, el aumento del porcentaje para los sueldos de los trabajadores durante el mismo período resulta no ser ni de lejos tan alto: solo un 15,8%.

Hay una abundancia de razones para la brecha productividad-salario, empezando con la misma definición de la productividad. Esto es porque hay varias versiones de lo que se considera “productividad”.

Este artículo responderá a qué es la brecha productividad-salario, por qué existe, cuál es el rol de la automatización en ella, cómo se diferencia la dicha brecha entre el 10% superior y el resto de los asalariados y desmentirá mitos comunes y responderá si el vínculo entre la productividad y los sueldos está roto.

La introducción a la brecha productividad-salario

La brecha productividad-salario es un concepto complejo que tiene muchos componentes relevantes, pero también muchos diferentes enfoques.

Para empezar, vamos a explicar qué es la brecha productividad-salario, además de proporcionar respuestas a cinco preguntas importantes en relación con el tema, así que, entramos de lleno.

¿Qué es la brecha productividad-salario?

En pocas palabras, la “brecha productividad-salario” se refiere a la divergencia entre el aumento de las tasas de productividad y el aumento del sueldo de un trabajador promedio.

Por ejemplo, los datos del EPI revelan que en el período 1948-1979, el crecimiento de la productividad fue del 118,4%, mientras que el crecimiento de la remuneración por hora fue del 107,5%.

Por otro lado, si nos fijamos en el período 1948-2019, el crecimiento total de la productividad fue del 59,7% y el de la remuneración por hora fue solo del 13,7%.

Vamos a ver cuáles fueron algunos de los hitos relevantes de la brecha productividad-salario desde el principio de cada década:

¿Cuál es el resultado de la disminución del crecimiento de los sueldos, concretamente, en el período 1979-2020? La tasa de crecimiento de la productividad fue 3,5 veces más alta que la tasa de crecimiento del sueldo.

Para traducirlo a porcentajes, es +61,8% frente a +17,5%, respectivamente.

Lo más fácil sería precipitarse y echar toda la culpa a un sistema económico roto donde los más adinerados se hacen más ricos, pero ten en cuenta que esto es solo una parte de la razón.

¿Qué es la productividad diaria?

Bien, antes de ocuparnos con más detalle de la relación entre la productividad y los sueldos medios, deberíamos definir la productividad.

Hay múltiples variaciones de la definición, dependiendo de la industria, pero de momento nos interesa la definición económica, que es la siguiente:

La productividad se calcula como un índice del producto interior bruto por hora trabajada, y es una medida de producción por unidad de insumo.

En breve, la productividad muestra cuán eficientemente uno completa una cierta tarea.

Por lo tanto, estamos hablando sobre la tasa de productividad de una persona, cuando se mide diariamente. Cuando se trata de la productividad personal, a menudo se trata del desarrollo de hábitos saludables y positivos, que se refleja también en nuestra vida personal.

En cualquier caso, para ser productivo, se tiene que estar motivado para serlo, ya sea por factores internos o externos.

¿Son los sueldos proporcionales a la productividad?

Las tasas de productividad han fluctuado de acuerdo con una abundancia de factores, y dependen considerablemente de la industria en cuestión. Hay una simple explicación de por qué, a nivel global, la relación entre el crecimiento de la productividad y los sueldos no ha podido ser directamente proporcional.

Hablando sobre las últimas décadas, el núcleo de la divergencia es la automatización de procesos. La gran mayoría de las industrias han sido impactadas por la inteligencia artificial y los avances tecnológicos, particularmente en la última década.

Piensa en la manera en que la tecnología y la producción en masa hicieron que varios trabajos sean obsoletos, por ejemplo, los puestos tales como telefonistas, cajistas, lecheros, proyeccionistas de cine, etc.

Pero el papel de la automatización es inmenso en términos de productividad, puesto que el margen de error humano se redujo significativamente debido a la simplificación de las tareas repetitivas. Así que, la gran mayoría de los trabajos han mejorado, particularmente en términos de productividad de los trabajadores.

Como ya puedes deducir, no es una ecuación simple. Los sueldos y la productividad no crecían a un ritmo directamente proporcional, pero para algunas industrias, como la de la alta tecnología (particularmente hoy en día), los sueldos son proporcionales a la productividad. Todo depende de la elección de las variables que se toman en cuenta.

¿Cómo el salario afecta la productividad de un trabajador?

Para la mayoría de la gente, la motivación externa en forma de dinero es el impulso más común para la productividad. Tiene todo el sentido que tener la libertad financiera afecte la motivación, concentración y compromiso en el trabajo.

La productividad de los trabajadores está directamente relacionada con las ganancias de la empresa. Aunque todos deberían esforzarse por conseguir los mejores resultados porque quieren ser las mejores versiones de sí mismos, siempre debería existir una iniciativa para recompensar a los trabajadores más productivos a nivel de empresa.

Vale la pena desarrollar una estrategia para aumentar la productividad de los empleados, así que vamos a darte un ejemplo de la vida real.
Según un estudio de la Workplace Research Foundation mencionado en un artículo de Forbes, solo un aumento del 10% de la productividad resulta en un enorme beneficio de $2400 más al año para la empresa. Estamos hablando de un aumento en el beneficio por empleado.

¿Qué pasa con los sueldos cuando aumenta la productividad?

Como ya hemos mencionado, cuando aumenta la productividad, también aumentan los beneficios de la empresa, y todas las partes interesadas se benefician de ello.

Los trabajadores productivos tienen una mayor aptitud para concentrarse y saber cuándo es hora de tomarse un descanso. En otras palabras, sus habilidades de gestión del tiempo son mejores, lo que resulta en un mejor equilibrio trabajo-vida.

Cuando se trata del lugar de trabajo, cuanto más fuerte sea la iniciativa a nivel de empresa y cuanto más altas sean las recompensas, más probable será que los empleados sean involucrados y motivados para encontrar otras maneras de mejorar sus habilidades.

Cuando examinamos el tiempo transcurrido a lo largo de las últimas décadas, podemos ver que había tres fases importantes en el desarrollo de la brecha productividad-salario:

• Fase 1: Crecimiento sincronizado (1948-1973) - En el período entre 1948 y 1973, las tasas de crecimiento de los salarios y la productividad estuvieron más o menos constantemente sincronizadas.
• Fase 2: Comienza la divergencia (1973-1979) - La divergencia comenzó en la siguiente etapa, entre 1973 y 1979.
• Fase 3: Ritmo de crecimiento completamente diferente (después de 1979) - Después de 1979, las dos tasas se dividieron y empezaron a crecer a un ritmo totalmente diferente.

Si la tasa de crecimiento de los salarios hubiera mantenido el ritmo de crecimiento de la productividad, el Instituto de Política Económica (EPI) estima que la remuneración por hora de un trabajador medio sería $9 más alta. Para ayudarte a poner esto en perspectiva, eso significa que los trabajadores medios a jornada completa ganarían aproximadamente $1140 más al mes, en comparación con lo que ganan ahora.

¿Cuáles son algunas de las razones por la brecha productividad-salario?

No existe una sola respuesta definitiva a esta pregunta, sobre todo si queremos hablar de la sociedad en su conjunto. En primer lugar, las diferentes regiones del mundo, debido a varios aspectos naturales, económicos y sociales específicos, favorecen a diferentes industrias.

Por ejemplo, es lógico que Rusia, los Estados Unidos, Irán, Catar, Noruega y Arabia Saudita inviertan mucho en la industria del gas y el petróleo. ¿Por qué? Es porque las dichas regiones son ricas en reservas de los recursos del gas natural, que están desigualmente distribuidas por el mundo, por lo que querrán explotar este hecho.

Otra razón relevante es que la tecnología se adoptó e implementó mucho antes en los países desarrollados como los Estados Unidos, el Reino Unido o la entera región escandinava.

En general, los estándares de vida tienen un inmenso impacto en el salario mínimo.
Otra importante cosa para mencionar es que la brecha productividad-salario depende de cómo se mide la inflación. Por ejemplo, según el CNBC y la Oficina de Estadísticas Laborales, el sueldo de un trabajador medio en los EE.UU. disminuyó un 2% en el último año debido a la inflación. Esto significa que los sueldos medios están aumentando, pero después de que tomemos en cuenta los altos niveles de inflación, los “sueldos reales” son en realidad más bajos en 2021 que en 2020.

Un estudio longitudinal de la brecha productividad-salario

Con muchísimos factores que influyen en la brecha productividad-salario, ya es un reto determinar precisamente su relación exacta.

No entender la imagen general y cómo está conectado todo crea un problema adicional: ideas equivocadas e incluso mitos urbanos sobre el tema. Es esencial entender que ni siquiera los economistas pueden ponerse de acuerdo sobre las definiciones exactas de muchas variables relevantes, para empezar, o sobre cómo se calcula la productividad.

Una de las principales razones para enfatizar la brecha y no ajustar la relación ideal de acuerdo con varios factores cruciales, incluyendo la automatización, es la historia sobre el estancamiento de la clase media. No se equivoca, la desigualdad existe, pero este problema en particular es complejo.

Vamos a ver qué tienen que decir los economistas sobre la brecha productividad-salario y examinar más a fondo algunas de las principales fallas metodológicas de su razonamiento, a través de un estudio longitudinal de la brecha productividad-salario.

Brecha productividad-salario: fallas metodológicas

Los años 1979 y 2019 son interesantes para la comparación, marcados como años con tasas de empleo bajas y todo el período de 4 décadas es uno de la creciente desigualdad.

Algunos factores explicativos que el EPI enfatiza que hay que tener en cuenta son los siguientes:

• Desigualdad de remuneración
• Pérdida en la porción laboral en el ingreso
• Divergencia de los precios de consumo y de insumo

También ya hemos mencionado muchos otros aspectos por los que los resultados pueden variar. Otro asunto son los diferentes enfoques de los economistas, y el cambio del Índice de precios al consumidor a lo largo del tiempo.

¿Qué piensan los economistas sobre la brecha productividad-salario?

En relación con esta pregunta, las opiniones varían entre los economistas y muchos argumentarían que la razón principal es su orientación política.

Hay un grupo de economistas neoclásicos que culpan a la tecnología por la brecha productividad-salario. Este argumento se denomina “cambio tecnológico que favorece la cualificación” (SBTC) y tiene muchas fallas en su núcleo: no se toman en cuenta otros factores importantes que hemos mencionado anteriormente (tasas de inflación, diversidad de industrias, etc.).

La tecnología y la automatización sirven para mejorar la productividad, por lo tanto, están aumentando esencialmente el salario mínimo por hora.

Para desmentir la noción de SBCT, el Instituto de Política Económica señaló que la disminución de la brecha salarial durante el período 1987-2017 es inconsistente con la explicación de la brecha de cualificaciones. En dicho periodo, el grupo de asalariados medios con más formación no vio ninguna ventaja sobre los asalariados bajos y el hecho desmiente todo el argumento.

Además, incluso los sueldos de los trabajadores de alta cualificación no vieron un aumento notable, lo que significa que el nivel de la educación no puede ser un factor concluyente en el análisis de la brecha productividad-salario.

La brecha productividad-salario: los factores más importantes

Según el economista del MIT, David Autor, citado en otro análisis relevante del EPI, la brecha productividad-salario es una combinación de dos fuerzas principales que impulsan la desigualdad. Se trata de:

• La tasa de crecimiento del logro educativo - que ralentizó en los años 80
• La dirección del cambio tecnológico - que aumentó el valor del razonamiento abstracto del pensamiento crítico, el juicio y la creatividad

La desigualdad y la divergencia se discutieron de una manera similar en otro artículo. Sin embargo, ese artículo es relevante porque incluye varios factores adicionales como los principales impulsores de la brecha productividad-salario. Los dichos factores son:

• La globalización
• Las instituciones del mercado laboral como los sindicatos
• El poder del mercado

Siguiendo la misma lógica, Bloomberg cubrió este importante tema también, y su artículo presentó interesantes resultados de un estudio hecho por Stansbury y Summers. Lo que encontraron fue que la correlación entre la productividad y los salarios sí existe, aunque no es posible clasificar un asunto tan complejo en un simple modelo económico.

¿Por qué su enfoque fue innovador?

Pues, a diferencia de la gran mayoría de los economistas, su foco no era simplemente en el gráfico que representa la tendencia a largo plazo, sino que examinaron los cambios a corto plazo en la relación entre la productividad y los salarios.
Los períodos examinados no duraban más de 5 años y el análisis de los resultados demuestra que cuando los niveles de productividad aumentan, los salarios tienen la tendencia a aumentar también.

¿Cuál es el rol de la automatización en la brecha productividad-salario?

Ya hemos hablado sobre la automatización, ahora vamos a revisar en más detalle el papel que desempeña la automatización en la brecha productividad-salario. Desde finales de la década de 1980, la automatización ha sido uno de los temas más controvertidos cuando se trata de la brecha productividad-salario.

Una cosa es cierta: el cambio tecnológico en el lugar de trabajo y la globalización impulsada por él, no solo influyeron en la brecha, sino que también crearon otra brecha estrechamente relacionada. Estamos hablando sobre la desigualdad salarial entre la gente menos y más educada.

Pero, no podemos culpar a la tecnología y decir que el sesgo está a favor de los trabajadores con diplomas universitarios.

Esta otra brecha siempre ha existido entre los trabajadores de alto nivel, o el 10%, y los demás.

Dicho esto, hay una diferencia significativa en el impacto de la automatización en la brecha productividad-salario entre las industrias, incluso los sectores específicos dentro de una industria específica.

En 2013, los académicos de la universidad de Oxford estimaron que cerca de la mitad de los trabajos estadounidenses corre el riesgo de ser completamente automatizado.

Ya hemos mencionado de pasada los trabajos que han sido automatizados en el pasado. Ahora vamos a echar un vistazo a las industrias que han estado en mayor riesgo últimamente:

• Servicios de hostelería y alimentación
• Manufactura
• Agricultura
• Transporte
• Venta al por menor y comercio

Entonces, ¿cuál sería la conclusión lógica? La automatización aporta cambios e implica la necesidad de diferentes habilidades para el futuro, pero en eso consiste el progreso.

Diferencias en la brecha productividad-salario

La brecha productividad-salario puede variar significativamente según la variable que es el foco de la investigación, como según el tipo de la industria, que hemos mencionado anteriormente.

Pero, también podemos abordar el tema analizando factores específicos como los siguientes:

• Nivel de trabajo
• Región
• Género

La brecha productividad-salario por nivel de trabajo

Otra cosa importante para mencionar es que la brecha de desigualdad salarial ha estado ocurriendo a un ritmo diferente para los ejecutivos y los que trabajan en los puestos básicos.

Los datos son bastante diferentes para el 10% superior de los asalariados y los demás.

Además, hay una brecha enorme entre el 10% superior también.

Desde 1979, ha habido un patrón establecido de un crecimiento más rápido de los sueldos anuales entre el 1% superior e incluso más rápido para el 0,1% superior.

Dicho esto, según el minucioso análisis del EPI, la brecha productividad-salario es más grande dentro del 1%, puesto que los sueldos crecieron más rápido para los en el rango del percentil 90-99.

Punto de vista de los trabajadores del 90% inferior

Los datos del análisis de EPI muestran la disparidad en el crecimiento salarial del 90% inferior, cuyos sueldos anuales crecieron un 26% en el período que hemos mencionado: 1979-2019.

Cuando miramos los resultados de la Administración de Seguridad Social para el período 1991-2019, el porcentaje del sueldo medio anual real es similar al ese del 90% inferior: 23,8%.

Otra cosa es evidente: hay dos períodos distintos de bajo desempleo sostenido cuando el crecimiento de sueldo fue concentrado.

Un enorme 90% del crecimiento de 90% inferior sucedió entre 1995-2000 o 2013-2019.

Son solo 11 años de los 40 cubiertos en la investigación. Para ayudarte a captar mejor el concepto, presentaremos el valor monetario de estos sueldos medios al año.

Como puedes ver, las consecuencias de la Gran Recesión son evidentes. Los ingresos estadounidenses entre la clase baja y media no solo se estancaron en el periodo posterior a la recesión, sino que disminuyeron.

Añadimos el hecho de que todo esto ocurrió en un estado de la economía ya gravemente dañado, lo que hizo que la brecha sea aún más problemática. Esa también es la razón por la que los años 2007 y 2009 están específicamente incluidos.

Ahora, cuando se trata de la participación del grupo inferior en el total de los sueldos, la distribución es la que se muestra en la siguiente tabla.

En el período examinado, la distribución apunta hacia el descenso constante en el 90% inferior del grupo, excluyendo el período justo después de la Gran Recesión.

Tiene sentido, puesto que la crisis financiera global estalló la burbuja de los altos asalariados y la gente en los sectores inmobiliarios y financieros.

Por lo tanto, mientras que los sueldos totales del 90% inferior del grupo aumentaron en unos $8000 en medio siglo, su participación en el total de los sueldos disminuyó cerca de un asombroso 9%.

La implicación es la siguiente: la brecha productividad-salario fue mucho más baja para este grupo, lo que hace que la desigualdad salarial sea quizás un problema aún mayor.

La perspectiva de los responsables por las decisiones

Siempre habrá discrepancias entre los resultados de diferentes estudios, pero queremos centrarnos en el análisis del EPI. La razón principal es porque presentan el cambio real en los sueldos anuales del 10% superior, incluyendo los ingresos subyacentes, como las participaciones accionarias y las acciones investidas.

El período en cuestión sigue siendo 1979-2019.

Por lo tanto, el patrón de la redistribución superior de los sueldos del 90% inferior al 10% superior parece ser la única constante.

Por ejemplo, durante el dicho período, la participación en todos los ingresos casi se duplicó para los asalariados más altos.

Debajo se encuentra la tabla que muestra el cambio en los ingresos anuales para ellos.

La tabla de arriba revela que durante la Gran Recesión, cuanto más altos eran los ingresos de un grupo, más duro era el golpe.

Si comparamos los datos con el decrecimiento para el 90% inferior (menos de $200 de diferencia para 2007 vs 2009) y el promedio del 10% superior (menos de $400), no hay mucha diferencia.

Sin embargo, subiendo la escalera salarial, volvemos a observar un patrón: cuanto más alto el percentil, más duro el golpe; una diferencia de más de $42 000 para el 1% superior y cerca de un enorme $800 000 para el 0,1% superior.

¿Y qué hay de la participación en los ingresos totales que hemos mencionado?

Aquí está la respuesta.

Dicha desigualdad creciente en la distribución de los sueldos anuales es evidente en la tabla de arriba.

Como puedes ver, mientras que la parte para el 90% inferior estaba en una contínua disminución, los porcentajes iban en dirección contraria para el 10% superior.

El crecimiento más significativo ocurrió para los más ricos, el 0,1% de los asalariados, puesto que su parte de los sueldos totales se triplicó con creces a lo largo de 50 años.

La brecha productividad-salario por país

Diferentes países se centran en industrias diferentes y, como hemos mencionado, esa es una de las principales razones para la brecha. Los geógrafos económicos suelen observar el hecho desde un punto de vista evolutivo, pero ¿qué significa eso exactamente?

¿Por qué es importante la región para la brecha productividad-salario?

La explicación es que la trayectoria de crecimiento de una cierta región depende de las industrias preexistentes, desarrolladas originalmente debido a los factores geográficos como el clima, el tipo de tierra, los recursos naturales disponibles, y tal.

Por lo tanto, aunque la implementación de los cambios y la transición industrial hayan ocurrido al mismo tiempo, el resultado sigue siendo diferente para las zonas rurales y urbanas, por no hablar de los distintos continentes.

Las zonas urbanas están más pobladas, tienen mejores estándares de vida y tienden a atraer sectores más avanzados tecnológicamente, como el financiero, el inmobiliario, el informático, etc. Por esta razón, se puede concluir que los sueldos de los residentes de las zonas urbanas son más altos, lo que hace que la brecha productividad-salario sea menor.

Otra consecuencia crucial de lo arriba mencionado, además de muchos otros factores geopolíticos, es la variación del número promedio de horas trabajadas por país, que también influye en la brecha productividad-salario.

Por ejemplo, los empleados a jornada completa en Estados Unidos tienen hasta un 19% más de horas laborales al año que los empleados a jornada completa en Europa. Si no tomáramos en cuenta ningún otro factor, la conclusión lógica sería que los europeos son más productivos.

Pero, por supuesto, como hemos visto, ni de lejos es tan simple.

El estado actual de la brecha productividad-salario en el mundo

Adoptar la cuarta revolución industrial parece ser una de las maneras de que un país gane resistencia al fracaso, como la experimentación tecnológica y de otro tipo lleva a mayor productividad, sueldos y estándares de vida.

Vamos a echar un vistazo a la última lista de los 10 países más productivos e intentar establecer un patrón de los principales sectores e industrias económicos en ellos. Si te estás preguntando cómo se puede medir la productividad de un país, la respuesta está en estas dos siglas: PIB y PPP.

Los 10 países más productivos

El Producto Interno Bruto (PIB) es el valor monetario de los bienes y servicios dentro de un determinado país, mientras que la paridad de poder adquisitivo determina la relación entre la productividad económica y los estándares de vida de los diferentes países.

Por lo tanto, la lista de productividad realmente refleja la productividad por hora de un trabajador medio y muestra cuánto dinero aportan los trabajadores a la economía del país por una hora.

Cuando analizamos la lista y miramos más de cerca los sectores económicos principales de los países más productivos del mundo, otra vez es evidente que no hay reglas fijas ni patrones para reducir con éxito la brecha productividad-salario.

Cada país tiene una combinación específica de factores que acercan el ritmo de crecimiento del sueldo al de la productividad, en comparación con el resto del mundo.

Sin embargo, hay un detalle que captó nuestra atención: más de la mitad de los países de la lista tiene un promedio semanal de menos de 40 horas.

¿Podría ser la solución potencial para reducir la brecha, y una consecuencia de un aumento mayor del nivel de la productividad causado por la automatización, la reducción de las horas de los empleados?

Quizás la idea tenga algo de razón, siempre que la remuneración de los trabajadores permanezca la misma para el menor número de horas.

La brecha productividad-salario por género

Por último, pero no menos importante, cuando se trata de las principales razones de la existencia misma de la brecha productividad-salario, no podemos olvidar el tema de “la brecha salarial de género”. Hoy en día, las mujeres siguen siendo menos pagadas por el mismo puesto en comparación con sus colegas masculinos, y este hecho desempeña un papel importante en la divergencia de las tasas de crecimiento de la productividad y el sueldo.

La brecha salarial de género en la historia

A lo largo de la historia, el papel de la mujer ha cambiado drásticamente en comparación con los hombres. El tratamiento de la mujer fue diferente en términos de sus derechos, desde su formación, estilo de vida, elección de pareja, derecho a voto, etc.

La gran mayoría de la sociedad en su conjunto funcionaba en el sistema patriarcal, originalmente debido a algunos factores biológicos. Y, por supuesto, hay y siempre habrán algunos factores distintivos en términos de las empleadas, tal y como por ejemplo la baja maternal.

El movimiento feminista resultó en una actitud más progresista hacia las trabajadoras, demostrando que las mujeres son perfectamente capaces de ser desarrolladoras, responsables por las decisiones e incluso bomberas. Sin embargo, la desigualdad persiste, en términos de puesto, ya que todavía hay muchas profesiones dominadas por los hombres.

Para darte algunos ejemplos en términos de los porcentajes más bajos de las mujeres en los trabajos estadounidenses, aquí está una lista de aquellos donde las trabajadoras forman menos del 10% de la fuerza laboral:

• el 3,5% de bomberos
• el 5,2% de los pilotos de aviones e ingenieros de vuelo
• el 7,8% de los ingenieros aeroespaciales
• el 9,9% de los trabajadores de la construcción

Pero lo que es aún más importante que la distribución de puestos entre trabajadores y trabajadoras dentro de las industrias, es la notable diferencia en términos de sueldos.

La situación actual de la brecha salarial de género: el efecto mariposa

He aquí otro detalle estremecedor, señalado en el análisis del EPI sobre la brecha salarial de género: por cada dólar que gana un hombre, una mujer en el mismo puesto gana 0,80 dólares. Esto es si tomamos el sueldo medio de un trabajador a jornada completa promedio.

La situación es algo mejor cuando los datos incluyen a los trabajadores a tiempo parcial: la relación es de $1 frente a $0,83.

Si examinamos la escala vertical, también es evidente la desigualdad de la distribución de sueldos. Por ejemplo, hay una fluctuación significativa en el 10% superior de los asalariados.

En el décimo percentil, las trabajadoras cobran $0,92 mientras que los trabajadores en el mismo puesto cobran $1.

Pero, como las mujeres suben la escalera empresarial, la brecha aumenta, por lo que en el percentil 95, solo son $0,74, de nuevo, en relación con $1 de sus colegas masculinos.

Se estima que reducir la brecha en solo 10% resultaría en un aumento de la productividad laboral del 3%.
Objetivamente, no hay lugar para este tipo de discriminación el la era moderna, porque las mujeres son igual de valiosas que los hombres. Esto se refiere especialmente a las madres trabajadoras, puesto que el ámbito de sus responsabilidades requiere la perfección de sus habilidades de gestión del tiempo.

En conclusión

La verdad está ahí y la conclusión es que la brecha productividad-salario existe.

Sin embargo, existe una explicación, al menos para la mayor parte de ella. Esperamos que el artículo haya iluminado los aspectos más importantes del concepto y te haya ayudado a entender cuántos factores desempeñan un papel en la diferencia de crecimiento entre productividad y sueldo.

Una cosa es segura: tenemos que seguir trabajando para mejorar los niveles de productividad si queremos crecer, tanto como individuos como la sociedad en su conjunto.

Piensa en el efecto mariposa que hemos mencionado previamente, porque va a ocurrir, y habrá muchos beneficios para todos, empezando por la empresa en la que trabajas, beneficios que pueden reflejarse en el sector industrial y más allá en la economía de un país.